Si se quiere tener hijos y formar una familia, recibir un diagnóstico de infertilidad por parte de un médico suele provocar un duelo emocional y un contratiempo para la pareja, que necesitará tiempo para asumir la noticia y decidir qué hacer a continuación.
Lo más importante para superar las emociones negativas que puede provocar esta noticia, como desesperanza, estrés o ansiedad, es la aceptación de la situación y la búsqueda de nuevas alternativas.
Es crucial que la pareja deje de lado los reproches, permanezca unida ante esta dificultad y busque la mejor forma de afrontar juntos esta nueva situación. Una de las primeras decisiones que deberán tomar es decidir si someterse a tratamientos de reproducción asistida.
En este sentido, también es importante que sean los dos miembros de la pareja “trabajen en equipo” y acudan juntos a las visitas médicas, pruebas, entrevistas o sesiones de apoyo psicológico.
Es necesario no verse superados, la búsqueda de consejos e información ayudará a tomar una decisión y a despejar dudas. Compartir esta experiencia con otras parejas que hayan atravesado la misma situación también puede suponer una dosis de optimismo.
Hay que dejar de percibir la infertilidad como un estigma, una enfermedad o un fracaso para comenzar a asumirlo y trabajar en ello.
El dialogo es fundamental. La pareja debe tener empatía, sentarse a hablar y preguntar a los expertos todas las dudas que tengan. Si se toma la decisión de someterse a un tratamiento de reproducción asistida hay que informarse del que mejor se adecua a las condiciones. La inseminación artificial, la fecundación in vitro o la donación de óvulos son los más habituales.
Intentar evitar pensar continuamente en el problema, regular las emociones, afrontarlo con optimismo, evitar que las presiones sociales afecten y no desatender la relación de pareja en todos los sentidos son algunas de las claves para sobreponerse a esta situación.
La necesidad de atención psicológica
Casi la mitad de los pacientes sometidos a tratamientos de reproducción asistida registran en algún momento ansiedad, depresión, culpabilidad o baja autoestima, entre otros.
Por ello, se considera necesario incluir soporte psicológico en este proceso desde el primer momento.