La pandemia ha instalado en nuestro día a día una realidad cada vez más virtual e informatizada. Para determinados ámbitos, es una cuestión que complica y aleja, en cierto modo, las relaciones personales más estrechas. Sin embargo, para otros aspectos ha abierto un mundo de posibilidades que antes no se habían explorado tanto. Leer más →
Blog de Actualidad | Centro de Psicoterapia y Psicología en Madrid
¿Por qué debería acudir al psicólogo? ¿En qué momento necesito la ayuda de un profesional de la salud mental? ¿Tienes dudas sobre cuándo hacerlo? Te explicamos los ocho motivos principales por los que te recomendamos buscar la ayuda de un psicólogo.
Mindfulness, más que una práctica, es una filosofía de vida. Introducirse en el mundo de la atención plena es una forma de aprender a centrar la mente en lo que está ocurriendo en ese preciso instante de manera consciente y sin juicios.
Cuando una persona necesita saber cómo gestionar sus altibajos emocionales y se plantea aprender a practicar mindfulness para sentirse mejor consigo misma, es importante que se ponga en manos de un profesional que conozca la técnica para que le ayude a liberar su mente de pensamientos negativos y consiga sacar el máximo rendimiento de esta práctica tan enriquecedora.
Hay personas para las que, en ocasiones, el mundo es un lugar demasiado intenso. Así es para las personas altamente sensibles o PAS, un término cada vez más popular que fue acuñado por la Dra. Elaine Aron en los años 90.
Imagina percibir pequeños detalles que para otros parecen pasar desapercibidos, plantearte cuestiones sobre las que la gente cercana a ti no suele pensar y sentir que, día a día, tu vida es una montaña rusa de emociones; como si la vida llevara un regulador sensorial y, en estas personas, la potencia estuviera al máximo.
¿Alguna vez has deseado tener un manual de gestión emocional? Las emociones son complicadas de entender y de procesar. Para aprender a descifrarlas puede ser muy útil trabajar el autoconocimiento emocional.
Conocerse a uno mismo tiene grandes ventajas para la salud mental. Aprender a decodificar nuestro ordenador emocional puede facilitarnos la interacción con los demás y ayudarnos a controlar nuestras reacciones a determinados estímulos.
Hablar de duelo es hablar de pérdida, pero también de amor y ternura. Las personas necesitamos vínculos emocionales y conexiones significativas con otras personas para crecer y vivir. Pero es nuestra propia condición humana, la misma que nos impulsa a forjar estos vínculos, la que impide su perpetuidad.
¿Alguna vez te has preguntado para qué sirven las emociones? Quizás en alguna ocasión has desdeñado la tristeza o sentido nostalgia hacia épocas en las que te sentías más feliz, pero lo cierto es que todas las emociones son fuentes de información útiles para poder desenvolvernos en el entorno que nos rodea. La clave para dominarlas es comprender para qué sirve la inteligencia emocional.
¿Alguna vez te has parado a pensar de qué color son las lentes de las gafas a través de las cuales observas el mundo? Cada persona tiene una forma distinta de pensar, de comprender y de interpretar la vida; para conocerse a uno mismo es importante descubrir e interiorizar qué factores condicionan nuestras conductas.
Superar la muerte de un ser querido es, sin duda, una de las tareas más dolorosas a las que podemos enfrentarnos; y acompañar a alguien cercano en un proceso de duelo, no es sencillo.
Si te encuentras en esta situación y quieres ayudar a una persona a superar el duelo, es muy probable que te sientas impotente. No es fácil reaccionar en estas situaciones porque, aunque tu primer instinto es intentar animar a la persona, sabes que la muerte de alguien cercano no se puede solucionar con unas meras palabras de ánimo.
¿Cuántas veces has naufragado en tus recuerdos o has fantaseado con planes que te gustaría llevar a cabo en un futuro muy lejano? En general, las personas tenemos tendencia a vivir muy ancladas al pasado y a mirar constantemente al futuro.
No es que estas prácticas en sí sean malas; como siempre, depende de cómo reaccionemos ante las imágenes que nos provoquen. Pero si tenemos dificultad para gestionar nuestras emociones, este tipo de pensamientos pueden despertar ansiedad, culpa, estrés, remordimiento y otras sensaciones que fomentan nuestro desequilibrio emocional.