El hecho de que la música tiene el poder de provocar al ser humano todas la emociones y sentimientos que el cuerpo puede vivir y expresar es indiscutible…
Existen muchas investigaciones que hablan sobre los efectos que tiene la música en nuestro cerebro. Al escucharla, nuestros cuerpos responden de forma involuntaria, las interacciones producidas por nuestro cerebro y órganos impactan nuestro movimiento físico, pensamientos y sentimientos.
Por lo tanto, se podría decir que el tempo musical, la armonía, la melodía, el ritmo y el volumen se pueden manipular para regular el ritmo cardíaco, la presión arterial, la percepción sensorial, la función cognitiva, la actividad neuronal, y la respuesta emocional en función de los requisitos para cada situación.
Por otro lado, en relación al bienestar, la música estimula nuestro cerebro de manera que hace que glándulas segreguen la hormona de la serotonina, que, entre más funciones, regula el estado de ánimo llevándolo a una sensación de placer, relajación y bienestar. También, puede ayudar a liberar energía y a conectar con emociones reprimidas, a reforzar la autoestima, a desarrollar la sensibilización afectiva-emocional y a la socialización.
¿Qué es la musicoterapia?
La musicoterapia es el uso de la música y/o sus elementos musicales (sonido, ritmo, melodía y armonía) en una terapia realizada por un musicoterapeuta calificado con un paciente o grupo, en un proceso creado para facilitar y promover la comunicación, las relaciones, el aprendizaje, el movimiento, la expresión, la organización, y otros objetivos terapéuticos relevantes, para satisfacer así las necesidades físicas, emocionales, mentales, sociales y cognitivas.
La musicoterapia tiene como fin desarrollar potenciales y/o restaurar las funciones del individuo de manera tal que éste pueda lograr una mejor integración intra y/o interpersonal y consecuentemente una mejor calidad de vida a través de la prevención, la rehabilitación o el tratamiento.
La relación entre la musicoterapia y la terapia Gestalt
Durante el proceso de autoconocimiento, la música hace de apoyo y acompañante, facilitando a la persona a que vaya aprendiendo a apoyarse en sí misma.
La música facilita la conducción a vivencias pasadas, llevándolas a la conciencia y al cuerpo para poder trabajarlas en el aquí y ahora. Es decir, la persona se da cuenta, mientras o después de la experiencia musical, de qué función tiene la vivencia pasada en su presente.
La experiencia musical va directa al inconsciente. Elementos musicales como la melodía y la armonía entran por el hemisferio derecho, que es el encargado de las emociones, los sentimientos, la creatividad, la conciencia corporal…
Los dos enfoques tienen como objetivo el autoconocimiento, el aumentar o despertar la parte genuina y espontánea de la persona y promover un contacto real consigo misma y con los demás. Todo ello, a través de un proceso musical junto con un proceso verbal llevado por el/la psicoterapeuta.
La música provoca emociones y sentimientos sin generar una transferencia hacia el/la psicoterapeuta. Es decir, es tan poderosa que hace que la persona pueda entrar en sí misma y en la emoción y/o sentimiento que esté emergiendo en ese momento, sin la resistencia o proyección de cualquier persona en el/la psicoterapeuta.
De esta manera, se puede vivenciar la experiencia de una manera más abierta generando la música este gran espejo proyector. Posteriormente, se lleva a cabo el proceso verbal para ayudar a la integración y la conciencia.
¿Cómo la trabajamos la musicoterapia en nuestro centro de Psicoterapia La Sal?
La musicoterapia del centro de Psicoterapia La Sal abre una nueva posibilidad de hacer terapia, que consiste en unir la música, la terapia y el arte desde un enfoque gestáltico.
Mayoritariamente se utilizan técnicas de musicoterapia receptiva (consisten en recibir la música con una finalidad terapéutica y/o espiritual), empezando con una visualización u otros métodos para relajar el cuerpo y prepararlo para la experiencia musical. También se pueden utilizar técnicas expresivas, como la expresión con la voz, la improvisación y técnicas corporales.
Las sesiones pueden tener sus propuestas de temas a tratar y también temas propuestos según las necesidades del propio grupo.
¿A quién va dirigida?
A todas las personas que deseen realizar un proceso de crecimiento personal y autoconocimiento, promover la creatividad y la capacidad de resolver problemas, disminuir la ansiedad y manejar el estrés, acompañamiento en procesos de duelo, como método de relajación…
“La vida sin música sería un error”
Friedrich Nietzsche.