El Diccionario de la Real Academia Española define “Resiliencia” como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversa.
Es una actitud ante la vida que trata de ser positivo ante circunstancias difíciles, hacer frente a las adversidades, aprender y reponerse de la derrota y hacer del sufrimiento virtud.
Esta adaptación a los cambios y a las nuevas situaciones es muy positiva ya que nos permite no venirnos abajo ante una decepción o una situación inesperada y encontrar el modo de afrontar con positivismo la nueva etapa que empieza.
En definitiva, es importante desarrollar la resiliencia para superar de la mejor forma posible los acontecimientos traumáticos que nos pueden suceder y lo retos que se nos presentan cada día. Y es que en nuestra vida diaria nos encontraremos con múltiples dificultades u obstáculos que debemos aprender a sobrellevar o superar.
Ser resiliente no es ser indiferente o no sentir emociones, sino asumir las adversidades, aprender de ellas y convertirlas en elementos enriquecedores.
¿Cómo ser resilientes?
Según varios estudios las personas más resilientes son las que están más satisfechas con la vida. Además, estamos de enhorabuena ya que se puede aprender a ser resiliente. ¿Cómo?
- Intenta dar a cada acontecimiento o cambio la importancia justa que merece, no magnifiques los problemas, no te pongas siempre en lo peor.
- Deja de lado impulsividad, toma decisiones con calma y de forma racional. Debes ser tú mismo quien tome las decisiones más importantes de tu vida.
- Ten motivaciones. Personales, laborales…un plan, un objetivo que te dé energía para levantarte cada mañana.
- Confía en ti mismo. Es algo importante para motivarte en las ocasiones en las que lo estás pasando mal.
- Tras una situación traumática es esencial desahogarnos. Llorar, sentir rabia… pero una vez superada esta etapa, toca reponerse.
- Rodéate de gente que te importe, familia, amigos, que te hagan sentir querido y apoyado. Involúcrate en sus problemas y ayúdalos.
- En definitiva, es fundamental mantener una actitud positiva ante la vida.