La ansiedad es un estado mental que se caracteriza por una gran inquietud y una extrema inseguridad. Se trata de una reacción automática que nos prepara para enfrentarnos a una amenaza.
Cabe destacar que existe una ansiedad “sana” y una ansiedad “patológica”. La ansiedad puede ser una reacción adecuada cuando nos ayuda a enfrentarnos a una amenaza real. Sin embargo, la ansiedad patológica es aquella que no es eficaz, que nos hace infelices, como las fobias, las obsesiones o las manías. Esto, en vez de ayudarnos, nos incapacita.
La amenaza que genera ansiedad suele provenir de situaciones cotidianas como el miedo a no aprobar un examen, al despido, a una ruptura sentimental, problemas económicos, etc. Por su parte, los trastornos de ansiedad que se suelen tratar en el psicólogo tienen un carácter menos realista, como la fobia social o la hipocondría.
Consejos para superar la ansiedad
- Aprende a controlar los pensamientos negativos. Pensar siempre de manera negativa activa un sistema de alarma en el organismo, por ejemplo, el corazón late más rápido, lo que genera más sensaciones negativas, como “me encuentro mal”, “estoy enfermo”, etc…
Estos pensamientos negativos suelen ser automáticos e inconscientes, por lo tanto, cuando los tengamos tenemos que ser conscientes de ellos y tratar de modificarlos por otros más positivos.
- Aceptar la ansiedad. Intentar luchar contra la ansiedad puede generar más ansiedad todavía y provocar agobio. Es importante aceptar la situación y poner en práctica el control de la ansiedad desde la aceptación. Algunas técnicas como la meditación o el mindfulness pueden ayudarnos.
- Afrontar los miedos. Finalmente, la ansiedad se supera siendo conscientes de los miedos que la generan y enfrentándose a ellos, para superarlos. Poco a poco, debemos ir enfrentándonos a esa situación que tememos, de forma gradual, para superar los temores.
También te recomendamos otros sencillos trucos para superar esta ansiedad como pueden ser no dejar tareas pendientes, reservar un tiempo cada día para ti mismo y para “desconectar”, enfocar las situaciones desde otra perspectiva, aprender a vivir el momento presente, practicar ejercicio físico, descansar correctamente y realizar actividades que te gusten.