
Terapia infantil gestáltica
El objetivo del terapeuta infantil y de la terapia Gestalt no sería hacer niños y niñas educados, ni que se adapten a todas las fantasías, expectativas y sueños de los adultos, ni que sean los mejores de la clase.
Es importante no olvidar que la persona que acude a consulta es un niño, y que suyo es el sitio especial en nuestro encuadre, en nuestro acercamiento y en nuestro trabajo terapéutico.
El objetivo es que el niño vaya realizándose como persona, que vaya desarrollando sus potencialidades y sus propios valores.
Los padres son importantes en el proceso terapéutico. La familia es el principal sostén donde se apoya el niño y se trabaja la relación con ellos. Serán nuestra mejor herramienta y los mejores colaboradores que encontraremos para el tratamiento de su hijo/a.
El terapeuta infantil tiene que tener como principal capacidad el poder saber estar con los padres y principalmente con el niño, tratando de crear un clima y una relación de humanidad, de respeto, de saber profesional y de afecto. De los vínculos que se establezcan dependerá el desarrollo de la terapia, el modo como cada uno podrá volverse a sentirse persona y bien consigo mismo.
Desde un enfoque gestáltico lo que se pretende es que el niño/a se realice como ser humano, que vaya desarrollando sus propios valores internos. Es importante que permanezca ligado a lo que siente, “los niños oyen, ven, sienten y saben por sí mismos”.
El niño/a, para desarrollarse como persona tiene que ACTUAR, desarrollar sus potencialidades, y para ello necesita APOYOS y LÍMITES. Para que el potencial del niño/a se desarrolle, necesita de un ambiente externo que lo favorezca.
Para potenciar su desarrollo es necesario:
- Mostrarle aceptación y acogida.
- Darle confianza en que puede.
- Favorecer el “darse cuenta” en el niño.
- Comprender que es el protagonista de su aprendizaje.
- Favorecer la libre expresión
- Hacer que se responsabilice de sus actos.
Las diferencias entre la terapia con adultos y la terapia infantil es que, en la terapia con adultos, se trabaja el niño que llevamos dentro y el “aquí y el ahora” y en los niños/as, como son “aquí y ahora” hay que enseñarles a posponer impulsos, a introducir el pensamiento, la reflexión entre lo que siente y su actuación.
El niño/a siente con gran intensidad, por eso hay que ayudarle a que ponga palabras, a que se acerque a las situaciones hablando, ya que se suele sentir impotente a la hora de expresarse. Al poner palabras saca lo que tiene en su interior. En terapia va aprendiendo a hablar de lo que siente.
En terapia infantil es importante poner límites, mantener el encuadre y no cambiar, ya que el niño necesita una estructura que le proporcione un anclaje y le impida perderse.
En definitiva; la terapia infantil es un trabajo lento, ya que hay que trabajar protegiendo el mundo del menor, que es mucho más frágil que el del adulto.
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