Una organización necesita una buena gestión de personas y de sus relaciones, para conseguir alcanzar los objetivos propuestos, necesita que la cadena interna de trabajo “ este bien engrasada” y para ello uno de los valores más importantes es la colaboración entre todas las personas que intervienen en los procesos de producción de bien y servicios, de modo que las personas entiendan y asuman que todos trabajan para conseguir los mismos fines, los mismos objetivos y que, por tanto, es necesaria la aportación de todos y en la misma dirección, sin que se produzcan interferencias que entorpezcan los sistemas de trabajo.
Muy importante gestionar “en positivo” las relaciones laborales, consecuentemente lo es también eliminar los factores negativos que puedan surgir en el ámbito de las relaciones laborales.
Este fenómeno se produce en el entorno laboral, en organizaciones estructuradas, en donde una o varias personas ejercen violencia psicológica sobre otra persona.
El acoso moral es “toda conducta, comportamiento o práctica que, de forma sistemática y recurrente en el tiempo, suponga en el seno de la relación laboral un menoscabo o atentado contra la dignidad del trabajador, intentando someterle emocional y psicológicamente y persiguiendo anular su capacidad, promoción profesional o permanencia en el puesto de trabajo, creando un ambiente hostil y afectando negativamente al entorno laboral”.
Cuando se dice “sistemática, recurrente” se refiere a que el acoso no lo configura una o varias acciones esporádicas o una actitud aislada o puntual, sino que obedecen a un método y se repiten esporádicamente.
Estos individuos sólo pueden existir si «desmontan» a alguien: necesitan rebajar a los otros para adquirir una buena autoestima y, mediante ésta, adquirir el poder, pues están ávidos de admiración y de aprobación. No tienen ni compasión ni respeto por los demás, puesto que su relación con ellos no les afecta. Respetar al otro supondría considerarlo en tanto que ser humano y reconocer el sufrimiento que se le inflige.
Porque los tememos, sabemos instintivamente que es mejor estar con ellos que contra ellos.
Una persona que ha padecido una agresión psíquica como el acoso moral es realmente una víctima, puesto que su psiquismo se ha visto alterado de un modo más o menos duradero
Por lo tanto, avisar a la empresa es la mejor opción para tomar medidas para que pongan en actuación el protocolo de intervención ante el acoso moral en el trabajo o Mobbing y acudir a un Psicólogo en Madrid o alguna terapia de grupo para evitar que los síntomas se agraven y la autoestima se vea denigrado.
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