Recientemente vimos cuáles eran las características de una relación saludable, de qué forma ambos miembros debían enfrentarse a las situaciones, al encuentro entre ellos y a su propia intimidad. Pero hoy vamos a hacer un alto en los conflictos de pareja, unos conflictos que pueden conllevar incluso problemas de salud, tanto físicos como mentales, para los propios protagonistas e incluso para sus hijos, si los hubiera.
Existen varios aspectos en la relación de pareja que pueden suponer un conflicto:
- Poder. Respecto a las responsabilidades que cada uno adquiere en casa, en el cuidado de los hijos, en las relaciones con los demás, en la gestión de las finanzas…
- Pasión. En una relación el enamoramiento inicial deja paso al amor, la pasión se transforma en intimidad y ternura, pero no hay que dejar de lado la atracción sexual que se siente hacia la otra persona.
- Comunicación. Si existe un conflicto en la pareja y la comunicación no fluye entre sus miembros, ese problema puede magnificarse y dilatarse en el tiempo, pudiendo llegar hasta la separación.
¿Qué desencadena un conflicto de pareja?
Un cambio importante o una circunstancia estresante puede desencadenar en un conflicto de pareja. Algunas de estas situaciones son de tipo laboral, tanto positivas como un ascenso como negativas como un despido; la jubilación; una enfermedad; problemas económicos en la familia; la llegada de un hijo; que el hijo se haga mayor y se marche de casa para vivir su propia vida, dejando un nuevo espacio de intimidad a la pareja…
Todo ello puede conllevar cierto agobio y ansiedad en la pareja, que deberá trabajar en ello facilitando la comunicación y tratando de motivarse para continuar unidos pese a los cambios.
Es fundamental que cada uno reconozca sus propias debilidades y que el otro las asuma sin juzgar ni castigar por ello. Para las parejas que están atravesando una difícil situación, la psicoterapia sistémica es una buena solución para trabajar la comunicación y detectar el origen del problema.
Los conflictos de pareja terminan provocando sensaciones de frustración, insatisfacción y debilitamiento de la relación, pudiendo llegar a romperse si no se consiguen resolver con éxito. Ambos deben esforzarse para mantener la comunicación, la pasión, el respeto y la complicidad, y trabajar juntos siguiendo el mismo camino.
Mantener la satisfacción en la relación de pareja requiere un gran esfuerzo por ambas partes así como la utilización de ciertas habilidades que ayuden al buen funcionamiento de la misma (comunicación, respeto, complicidad, pasión…) para crear una relación sana donde ambos tengan capacidad de funcionar como individuos independientes y compartir todo aquello que les hace amarse.