¿Se pueden controlar las emociones?

Años de intenso debate en el ámbito de la Psicología no dejan claro si podemos o no controlar nuestras emociones, pero sí parece aceptado que la manera en que interpretamos nuestros sentimientos pueden cambiar cómo los vivimos.

La forma en que reacciones frente una emoción en concreto condicionará cómo actúa sobre ti.

También parece claro que no podemos evitar sentir emociones, pero sí que es posible gestionar estas emociones, aunque no podamos eliminarlas ni controlarlas.

Sin embargo, esta gestión no es tarea sencilla o por lo menos, la mayoría de nosotros no hemos recibido mucha formación sobre cómo podemos hacerlo.

Los servicios de Psicoterapia Gestalt que desarrollamos en nuestro Centro de Psicoterapia en Madrid están dirigidos a cualquier persona que se sienta incapaz de enfrentarse a determinadas situaciones que se le presentan en la vida.

Desde la Psicoterapia Gestalt se entiende que las emociones son fundamentales para movilizar recursos personales y para movilizar también recursos en otras personas. Las emociones son las precursoras del sentimiento: agresión, dolor, insatisfacción y nos preparan también para el placer y la satisfacción.

Enfado, miedo, alegría y tristeza

Las teorías más recientes apuntan a que existen cuatro emociones básicas que han evolucionado hacia el resto de sentimientos. Estas emociones son enfado, miedo, alegría y tristeza.

Además, se ha determinado que la emoción que más perdura es la tristeza, hasta cuatro veces más que la alegría.

Seguro que has escuchado hablar de la inteligencia emocional, aquella habilidad para percibir, asimilar, comprender y regular las propias emociones. Es decir, identificar y entender tus propios estados de ánimo. Reconocer por qué te sientes cómo te sientes y actuar sobre las causas.

El manejo de las emociones es considerado como una clave en el desarrollo de esta habilidad, entendida como (Duncan, N., 2007):

  1. Conocer las propias emociones. Conocer con exactitud un sentimiento mientras ocurre.
  2. Manejar las emociones. Importante para librarse eficazmente de estados de ansiedad o cualquier otro sentimiento.
  3. Ser capaz de motivarse a uno mismo. Postergar la gratificación y regular las emociones.
  4. Reconocer las emociones de los demás. Identificar las señales que los demás emiten con relación a sus necesidades y deseos.
  5. Ser capaz de relacionarse con los demás. Saber adecuarse a las emociones de los demás, determina el grado de capacidad social de cada uno.
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