La sinestesia es una facultad que poseen algunas personas que conectan sentidos entre sí, sentidos que habitualmente trabajan por separado y que en ellas quedan unidos de manera involuntaria.
Esto se traduce en que un sinestésico experimenta ciertas sensaciones propias de un sentido cuando recibe estímulos de otro, es decir, escucha un sonido que tiene un determinado color, o ve un color que huele, o una forma le produce un sabor.
Son reacciones automáticas que no se pueden desactivar o activar, tampoco es una enfermedad ni es nada malo, simplemente es una condición que poseen algunas personas que viven con ella de una manera totalmente natural. De hecho, no son capaces de imaginar su vida de otra forma que no sea con esta conexión tan especial entre sus sentidos.
Una de las formas más comunes de sinestesia consiste en que, al ver números o letras, se tiene una apreciación subjetiva de un color. Es muy interesante estudiar sus reacciones y emociones, pues suelen ser negativas cuando se enfrentan a un estímulo en forma de letra, por ejemplo, que está en un color distinto al que ellos están viendo.
Otra manera en la que puede manifestarse es al percibir un sabor dulce al tocar algo suave, o escuchar música y ver un color concreto. Algo menos frecuente pero que también ocurre es cuando al pronunciar una palabra se reproduce un determinado sabor en la boca.
Investigaciones sobre la sinestesia
La Universidad de Granada cuenta con un grupo de investigación de Neurociencia Cognitiva que estudia este fenómeno.
Algunos resultados son muy interesantes. Por ejemplo, para una de las chicas que forma parte de estas investigaciones un susto es azul, y la bondad, roja. Y si ve estas palabras escritas con los colores al revés, es decir, bondad en azul y susto en rojo, experimenta emociones negativas.
Se sigue trabajando en ello. Según algunos datos obtenidos, todo apunta a que la sinestesia podría tener cierto componente genético, ya que suele ser habitual que dentro de una misma familia se encuentren varios casos.
Lo que no se sabe es el total de sinestésicos porque mucha gente ni siquiera sabe que lo es; algunos cálculos hablan que sería un porcentaje de entre el 2% y el 4% de la población, otros lo aproximan más hacia el 1%. Sucede que, en muchos casos, quien lo es no es consciente de la magnitud de esta capacidad hasta quizá la vejez.