Las técnicas de control de la activación los psicólogos las utilizan para inducir en el organismo estados de relajación. En diferentes investigaciones que se han realizado se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de insomnio, hipertensión, cefaleas tensionales, asma bronquial, fobias y tensión en general, ya sea causada por motivos laborales o personales. También se utilizan como técnicas complementarias a la psicoterapia para ansiedad a hablar en público, ansiedad generalizada, colon irritable, dolor crónico y las disfunciones sexuales.
Los efectos de las técnicas de relajación se ha comprobado que intervienen en los procesos fisiológicos relacionados con la ansiedad como son la frecuencia cardíaca y respiratoria, el consumo de oxígeno, la tensión muscular tónica y la transmisión dérmica y tensión arterial.
Las técnicas más usadas por los psicoterapeutas son la relajación progresiva de Jacobson y el entrenamiento autógeno de Schultz. Otras estrategias complementarias a la relajación utilizada por los psicólogos son: el yoga, la meditación o la hipnosis.
Sin embargo, la relajación puede ser perjudicial para determinados pacientes porque puede provocar pérdida de control de la realidad y producir estados disociativos además de aumentar efectos de ciertas drogas y fármacos como las bezodiacepinas. Además puede facilitar la recuperación de reacciones emocionales o deseos ocultos o reprimidos.
Ahora vamos a pasar a describir las diferentes técnicas que se pueden usar como complementarias a un proceso de psicoterapia.
RELAJACIÓN MUSCULAR PROGRESIVA
Fue desarrollado por Jacobson que intenta enseñar a la persona a relajarse por medio de ejercicios en los que tense y relaje de forma alternativa sus distintos grupos musculares. El objetivo es que la persona aprenda a identificar señales fisiológicas provenientes de sus músculos cuando están en tensión y ponga en marcha las habilidades aprendidas para reducirlas. Este procedimiento requiere un amplio periodo de tiempo para aprender a relajarse.Cada ejercicio debe hacerse dos o tres veces seguidas, alternando los periodos de tensión ( no más de diez segundos) con períodos de relajación ( por lo menos tres veces más largos que los de tensión, alrededor de treinta segundos).Creemos conveniente señalar los principales problemas que pueden aparecer durante las sesiones de entrenamiento en relajación progresiva:
– Calambres musculares
– Movimientos
– Ruidos del exterior
– Risa
– Espasmos y tics
– Pensamientos perturbadores
– Dormir
– Incapacidad para relajar grupos musculares específicos
– Sensaciones extrañas durante la relajación
– Activación interna
ENTRENAMIENTO AUTÓGENO
El entrenamiento autógeno de Schultz y Luthe consiste en entrenar al paciente para que sea él mismo el que se aplique la relajación. Se basa en la idea de unir cuerpo y ente, según la cual, una adecuada representación mental generará el cambio corporal.Se trata de conseguir una desconexión del organismo que suponga un cambio de actitud y un cambio para afrontar las demandas del exterior. La modificación de la tensión en una sensación de relajación y tranquilidad se consigue por concentración interna en determinadas representaciones preestablecidas a través de un aprendizaje progresivo.Se trata de conseguir generar sensaciones corporales típicas como pesadez, calor, etc. Los ejercicios se dividen en dos ciclos aunque lo habitual es entrenar a la persona sólo en los ejercicios del grado inferior, la utilización del ciclo superior es poco frecuente.Los ejercicios del ciclo inferior: relajación muscular ( “mi brazo pesa mucho”), regulación vascular ( “ mi brazo está caliente”), regulación cardíaca ( “ mi corazón late tranquilo”) control de la respiración ( “ mi respiración es tranquila”), regulación de los órganos abdominales ( “ mi plexo solar está caliente”) y regulación de la región cefálica ( “mi frente está fresca”).
CONTROL DE LA RESPIRACIÓN
Una respiración correcta que permita la oxigenación del organismo se ve dificultada por las posturas de la vida cotidiana, los ritmos de vida, las ropas y las situaciones de estrés que posibilitan patrones de respiración acelerados.Los ejercicios de respiración están dirigidos a ejercer un control voluntario sobre la respiración. Hay que entrenar al paciente a tasas bajas de inspiración caracterizada por tasas bajas de inspiración, volúmenes elevados de aire y respiraciones predominantemente abdominales, lo que incrementaría el control parasimpático, con descensos importantes en la tasa cardíaca.Una vez realizado esto se animará al paciente a practicar la respiración en diferentes situaciones y posturas con el fin de automatizar y generalizar esta forma de respirar a la mayoría de situaciones de su vida.
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