Cómo influye la sociedad actual en la creación de personalidades narcisistas

Si preguntáramos a varias personas qué o quién ha influido más en su vida obtendríamos respuestas muy variadas: los padres, los amigos, el colegio, una novela, una relación… Nuestras experiencias personales nos construyen y deconstruyen poco a poco; pero, además, la sociedad constituye un elemento común en la definición de las experiencias de todos los seres humanos.

Ya hablamos de los rasgos que caracterizan a una persona narcisista, pero ¿cómo es la sociedad narcisista? ¿Se trata de una sociedad en la que la mayoría de las personas se comportan de forma narcisista? No exactamente.

Llamamos sociedad narcisista a un conjunto de rasgos que definen la sociedad actual y que fomentan la adopción de actitudes narcisistas, entendiendo en este caso como “sociedad” el entorno en el que se desenvuelven las relaciones sociales y su disposición estructural.

Podríamos decir que este entorno o sociedad narcisista está compuesto, principalmente, por cuatro “habitaciones”: la modernidad líquida, la negación de la alteridad y la predominancia de la cultura del éxito y de la sociedad de la imagen. Cada una de estas estancias tiene una serie de características que inducen la creación de personalidades frágiles e inestables.

 

otros y yo

 

Rasgos de la sociedad narcisista

La primera habitación de la sociedad narcisista está amueblada por el concepto de modernidad líquida, que tiene su origen en el sociólogo Zygmunt Bauman. Hace referencia a una sociedad inestable en la que las cosas están en constante cambio. Esto fomenta el individualismo; las personas, conscientes, tratan de afrontar la inestabilidad y evitar que les afecte de alguna forma. Se vuelven más temerosas, desconfiadas y flexibles. Gana la temporalidad sobre lo permanente.

No obstante, pensar que podemos controlar todos los aspectos de nuestra vida demuestra un exceso de soberbia, y es un ejemplo perfecto de narcisismo. No asumir que existen límites que no podemos alcanzar implica la “negación de la alteridad”, es decir, no reconocer que no nos conocemos del todo. Y esto, a la larga, lleva a la frustración e impide el crecimiento real de la persona.

El concepto de modernidad líquida también viene fomentado por la importancia que se concede al éxito, que se contempla como un trofeo físico que hemos de alcanzar a toda costa. La sociedad del éxito no tolera la incertidumbre ni la debilidad. Todos aquellos sentimientos relacionados con la tristeza o la frustración que nos hacen humanos, son infravalorados. Por este motivo, muchas personas narcisistas sienten vergüenza ante la idea de ir a terapia, porque lo ven como una debilidad o un defecto.

Ante una sociedad que busca el éxito y la aceptación de los demás, se desarrolla la sociedad de la imagen. En esta habitación, las personas se convierten en los propios objetos de consumo con los que buscan confirmar su identidad. Se organizan cursos de “Creación de marca personal” o “Cómo convertirte en influencer” en los que nos enseñan a vendernos porque, en la sociedad narcisista el prestigio condiciona el valor de las personas.

Este conjunto de rasgos se ha visto catapultado por las redes sociales, una forma de comunicación y expresión perfecta para exhibirnos y proyectarnos ante los demás tal y como queremos que nos vean, aunque no se corresponda necesariamente con cómo somos realmente. No interesan las relaciones sólidas, sino la cantidad de “me gustas” y de seguidores que puedes conseguir.

 

Dos caras persona

Claves terapéuticas para tratar el narcisismo

A nivel terapéutico, existen dos claves principales para comprender y contrarrestar los efectos de la sociedad narcisista.

  • En primer lugar, es necesario divulgar la importancia de crear vínculos de apego sólidos con los niños durante su infancia. La dependencia tiende a contemplarse como algo negativo, siendo que ser independiente no es sinónimo de no necesitar a nadie. Nuestra identidad está en construcción constante y los seres humanos somos seres sociales, por tanto, necesitamos relaciones afectivas saludables con otras personas para poder estructurarnos como sujetos.
  • Para combatir la insatisfacción es importante ser conscientes de que tenemos limitaciones. Tenemos que entrenar a nuestro cerebro para que sea capaz de tolerar la incertidumbre y reaccionar con resiliencia. Para esto, el terapeuta puede prestar una gran ayuda.

Si sientes que has podido verte afectado por alguno de los rasgos de la sociedad narcisista, pide cita en nuestro centro de psicoterapia en Madrid. Entre otros beneficios, acudir al psicólogo nos ayuda a estructurar nuestras ideas y a aclarar nuestra mente para vivir más en armonía con nosotros y con nuestro entorno. ¡Visítanos!

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