La teoría del apego: cómo influye en nosotros la relación que tenemos con nuestros padres cuando somos niños

El ser humano nace predispuesto a establecer vínculos con otras personas. Piensa en la relación que tienes con tus seres queridos, tus familiares y amigos más cercanos.

Los lazos emocionales y afectivos que surgen entre dos personas es lo que entendemos por apego, aunque puede que en ocasiones estos lazos no se hayan forjado con una base correcta.

¿Te has preguntado alguna vez cómo influye la relación que tienes con tus padres cuando eres niño en el desarrollo de tu comportamiento y tu personalidad?

El resultado tiene mucho que ver con el apego. Te contamos qué clases de apego existen, cómo desarrollamos estrategias de forma innata para construir relaciones y sentirnos seguros y qué papel juega la empatía en ello.

Relación padre hija

 

¿Qué papel tiene el apego en nuestra forma de relacionarnos con los demás?

Crear estos lazos afectivos es algo que hacemos de forma innata, no solo para cubrir nuestras necesidades fisiológicas, sino porque sentimos que necesitamos encontrar protección, seguridad y refugio en otras personas, generalmente los padres.

El objetivo final es la supervivencia. Siendo tan solo unos bebés, nuestro cuerpo despliega una serie de estrategias destinadas a conseguir este contacto físico y emocional. Por ello, cuando un bebé pasa mucho tiempo alejado de sus padres, se siente desprotegido y reacciona en consecuencia.

La forma en la que nuestros “cuidadores” responden a nuestras llamadas, condiciona nuestros modelos de relación interpersonal y regula las experiencias que iremos viviendo a lo largo de nuestra vida.

En otras palabras: los vínculos de apego que forjamos con nuestros padres, definen en gran medida la forma en la que nos vemos y vivimos las relaciones personales.

 

Afecto madre hija

¿Qué tipos de apego existen?

En función del trato que el niño reciba de los padres, se forjarán vínculos de mayor o menor calidad. Las teorías psicológicas enumeran cuatro tipos de apego:

Apego seguro

Los padres satisfacen las necesidades del niño de forma adecuada. No se trata de que respondan a todas sus demandas, ya que esto híper activaría el sistema de apego y podría dar lugar a niños consentidos, sino de responder empáticamente a sus expresiones emocionales.

En este tipo de relaciones de apego, el niño sabe que los padres estarán ahí para él si lo necesita. Esta base sólida y segura, guiada por esa confianza, le permite aprender a explorar por su cuenta sin generar relaciones de dependencia.

Apego inseguro-evitativo

En este caso los padres no saben satisfacer adecuadamente las necesidades afectivas del niño, por lo que este desarrolla una estrategia defensiva que consiste en aprender a inhibir sus necesidades de afecto.

Este tipo de relación da lugar a niños más distantes y completamente independientes, con carencias afectivas, que no muestran un interés particular por forjar vínculos estrechos con otras personas.

Apego inseguro ansioso-ambivalente o resistente

Este tipo de apego se crea cuando los padres atienden a sus hijos de forma incoherente: unos días satisfacen sus necesidades y proporcionan cariño y otras los ignoran y se muestran irritables con ellos.

Como consecuencia de este comportamiento impredecible, el niño no es capaz de sentirse seguro y crear la base sólida necesaria para forjar relaciones sanas. La ausencia de confianza puede llegar a generar problemas de ansiedad, e incluso actitudes controladoras orientadas a evitar que la otra persona se marche.

Apego inseguro-desorganizado/desorientado

Si los propios padres han sufrido algún tipo de abuso o abandono emocional, es muy probable que reproduzcan estos comportamientos a la hora de criar a sus hijos.

Este tipo de apego da lugar a relaciones en las que son frecuentes los castigos, amenazas y rechazos. Como consecuencia el niño crecerá con una visión hostil de las relaciones personales y tendrá más dificultad para relacionarse a lo largo de su vida.

Relación familiar

La clave para crear relaciones personales sanas

Algunos psicólogos advierten sobre los peligros de pensar que alguien es indispensable en tu vida para ser feliz, porque que te sientas bien o no dependerá de la forma en que esa persona se comporte contigo.

Sin embargo, hay que saber discernir entre una relación tóxica y una relación basada en la empatía, el apoyo y la confianza: sentir y crear vínculos de apego no es malo, siempre y cuando exista una base sólida cimentada sobre estos pilares fundamentales.

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