Los problemas de diversa índole, las complicaciones económicas, las diferentes necesidades emocionales, las presiones o la disfuncionalidad en la que caen algunas familias tras un divorcio o la muerte de un miembro de la familia son algunos de los principales motivos por los cuales una familia decide someterse a terapia familiar.
La terapia familiar ayuda a identificar formas de relacionarse con el resto de miembros de la familia y tendrá lugar cuando la terapia individual no surte efecto al verse bloqueada por alguna circunstancia relacionada con el entorno familiar.
Se entrevistan a todos los miembros de la familia en su conjunto ya que es necesario ver a todas las partes y conocer cómo funciona el sistema sumando todos sus miembros.
El resultado de la interacción familiar explica el síntoma.
La terapia familiar no resuelve automáticamente todos los conflictos familiares. Pero puede ayudaros a tu familia y a ti a entenderos mejor unos a otros y daros habilidades para hacer frente a situaciones difíciles de una forma eficaz.
¿Cómo son las sesiones de terapia familiar?
Los resultados de la terapia familiar son a menudo a corto plazo. Durante las sesiones, se examina las capacidades de los familiares para expresar sentimientos y emociones o resolver problemas.
También ayuda a identificar las fortalezas de la familia y los puntos débiles. Además, se enseña a los participante habilidades para profundizar en las relaciones y superar momentos de dificultades o estrés.
Las cuestiones que más se trabajan en estas sesiones suelen relacionarse con la forma de demostrar afecto, comunicarse de forma eficaz, resolver conflictos, manifestación de afecto o la adaptación a los cambios de la familia.
La terapia de familia forma parte de la Psicoterapia Sistémica, que es disciplina de la Psicología Humanista que concibe y trata las disfunciones, trastornos y patologías mentales como la manifestación de alteraciones en nuestros patrones relaciones y de comunicación, es decir, dentro de nuestros sistemas.